LA GUíA MáS GRANDE PARA DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO

La guía más grande Para Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

La guía más grande Para Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

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7. «He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la bonanza eterna pero que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo

Lógicamente que quien pueda atinar más de lo obligatorio, haría muy acertadamente en hacerlo (de acuerdo a sus reales posibilidades). Pero esto no significa que se le prohíba un boato o un antojo lícito ni que tenga que dar a la Iglesia todo lo que no le sea estrictamente necesario.

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Considera los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban Interiormente de la tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra que cubriría esa tumba sagrada.

Inmaculado María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el aparato de su propio suplicio de muerte; Él, que Cuadro creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, luego de sobrevenir sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo efectivo Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún veterano sería el dolor espiritual por ser una engaño y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .

Al pie de la cruz la Casto María, perfectamente unida a su Hijo, pudo compartir de modo singular la profundidad del dolor y del inclinación de su Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo sacrifi cio y nadie mejor que Ella puede enseñarnos a flirtear la cruz.

Noticiosa la soberana Inmaculado por el discípulo amado de tan lastimoso espectáculo, vuela en alas de su simpatía, y a impulsos de la congojosa amargura que embarga su cuidadoso corazón, al avenencia de su amado Hijo, cruza las calles de Jerusalén, oye a distancia la confusa gritería de un pueblo amotinado, siente el estrépito de las armas y el sonido lúgubre de la mal trompeta que denuncia como reo de muerte al soberano Autor de la vida.

La liturgia de la celebración de los Dolores de la Virginal es de origen Germano. En 1423 el arzobispo de Colonia, Teodorico de Neurs la instituye para reparar las burlas que los herejes hacían a las imágenes de la Inexplorado Dolorosa y en 1727 el Papa Benedicto XIII la propago a toda la Iglesia. El hecho de que se celebre el 15 de septiembre se debió a que desde 1688 los religiosos Servitas celebraron en esa fecha la fiesta de los dolores de la Casto, fiesta que PIO VII extendió a toda la cristiandad en 1814.

Repara en fin que encomienda su alma en manos del Padre, que inclina la inicio sobre su pecho y expira. ¡Oh pena! ¡oh tormento! ¡oh dolor el de una Origen que está presente en tan tristes circunstancias, y en un espectáculo tan desgarrador!

Las cuentas brillaron como el sol, y eran blancas como la nieve. Me dio el Rosario, y me dijo: "Este es el Rosario de mis lágrimas, que mi Hijo confía a su amado Instituto, como en testamento. La invocación luego ha sido dada por mi Hijo. El quiere honrarme de una manera peculiar por medio de estas invocaciones, y concederá con gusto los favores que se le pidan con fervor por mis lágrimas.

Pero es más lamentable que muchos católicos, que la tenemos y aceptamos por madre, todavía nos olvidemos de ella y no le recemos el Santo Rosario ni meditemos en sus dolores.

No tienen emplazamiento los comentarios que, no viniendo al caso, intentan una y otra oportunidad forzar un debate o una toma de postura por el autor no planteada o aunque cerrada.

Se pueden encontrar diferentes pasos a seguir para realizar esta devoción, pero en general, implica meditar en cada unidad de los dolores de la Virgen mientras se reza un Pajarraco María o se recita una breve oración relacionada con cada dolor.

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